LAS CANTERAS, ENTRE LA HISTORIA Y EL MITO

Próximo Ferry | abril 25, 2019

Las canteras de marès forman parte del paisaje costero de algunas zonas de las Pitiusas. Amparados por confusiones y leyendas, estos espacios tienen un alto interés arqueológico intrínsecamente relacionado con la construcción en Formentera e Ibiza.

El proyecto «Paisaje cultural de Formentera. Estudio de las dinámicas de explotación y uso de la piedra a lo largo de la historia», quiere averiguar el funcionamiento y la organización de las canteras de Formentera desde la época tardo púnica.

Texto: David Setbetes | Fotografía: Próximo Ferry

Había una vez, hace miles de años, una civilización de palacios fastuosos y deidades majestuosas que poblaba nuestras costas. Su relación simbiótica con el Mediterráneo la hizo prosperar hasta conseguir un desarrollo comercial, social y artístico singular en aquellas épocas lejanas, pero fue también esta estrecha relación con el mar la culpable de su desaparición.

De la noche a la mañana, gigantescas olas generadas por un fatal movimiento tectónico barrieron sin piedad las ciudades y urbes de esta civilización, que quedó sumergida para siempre bajo las aguas hasta ser olvidada casi por completo. Sólo quedan vagas referencias en algunos tratados históricos datados antes de Cristo que mencionaban su nombre: Atlantis.

… y hasta aquí llegan las leyendas y la ciencia ficción.

La realidad me lleva a la Torre de la Gavina un par de años atrás en una excursión de ida y vuelta desde Cala Saona. Al llegar a la torre de vigilancia, me encontré con un grupo de turistas italianos que me preguntaron para las piscinas «naturales» que les habían dicho que estaban cerca de allí. Me rasqué la barbilla unos segundos pensando en qué querrían decir y no les supe dar ninguna respuesta ni indicación.

Algún tiempo después, y ya con un mejor conocimiento del terreno, llegué a la conclusión de que las famosas piscinas eran los espacios vacíos, a veces inundados, de los restos de bloques de marès cortado que hay en la Punta de sa Pedrera, una zona con especial encanto que no tiene nada de “natural”, ya que ha sido moldeada por la acción del hombre desde tiempos inmemoriales.

Paisaje cultural de Formentera

Precisamente, averiguar el origen y usos de ésta y de otras explotaciones mineras de la isla es lo que intenta averiguar Anna Artina, licenciada en Historia del Arte y máster en Arqueología Clásica que dirige el proyecto «Paisaje cultural de Formentera. Estudio de las dinámicas de explotación y uso de la piedra a lo largo de la historia», una iniciativa que persigue averiguar el funcionamiento y la organización de estas explotaciones de recursos naturales.

Me comenta Anna que conocemos muy bien la evolución histórica de monumentos y ciudades, pero necesitamos conocer el paso previo; cómo se construyen, de donde llegan los materiales y cuál es su gestión, ya que la búsqueda de materias primas puede influir en la manera de edificar.

La huella humana

Para obrar sus refugios, los primeros pobladores de Formentera hacían una recolección de la materia; sobre todo piedra suelta y madera.

Cuando ser humano y hábitat evolucionan es cuando surge la necesidad de aislarse de la naturaleza y construir mejores casas, esto lleva a conseguir materiales más buenos e iniciar las explotaciones a las canteras.

Los inicios de las extracciones mineras en Formentera datan de finales de la época púnica e inicios de la romana, que es cuando comienzan a levantarse villas agrarias y construcciones destinadas a la extracción de la sal, el recurso más preciado producido en aquella época tanto en Formentera como en la vecina Ibiza. El comercio de la sal implica un aumento de actividad y ocupación del territorio y, por tanto, un incremento del uso de materiales de construcción derivados de la piedra.

Durante la época de dominio islámico se produce una merma en la actividad en las canteras, ya que en este periodo y por derivación cultural se construye más utilizando la arcilla como material base. A partir del siglo XIII, con la llegada de las tropas catalanas, vuelve a crecer la explotación de canteras para la edificación de obra civil y religiosa.

El cenit de esta actividad lo encontramos a partir del siglo XVI, con la construcción de las fortificaciones de Ibiza en forma de murallas y torres, y un gran crecimiento de la población que conlleva un aumento de la explotación de materiales.

El marés

Si hay un tipo de piedra característico en las canteras Pitiusas, este es el marès, un material moldeable y fácil de trabajar pero que a la vez y en vetas calcificadas por la exposición al sol, resulta una piedra muy resistente. De hecho, se han encontrado construcciones romanas, como diques portuarios, hechos con este material y en buen estado de conservación.

El marés era, por tanto, un tipo de piedra abundante, cercano, fácil de extraer y trabajar y con buenas cualidades para la construcción.

En los siglos XVIII, XIX y principios del XX, el crecimiento y la nueva construcción de barrios de Ibiza ciudad como la Marina, sa Penya o el Eixample implicó un aumento de la extracción de marès.

Todo parece indicar que, por cuestiones de proximidad y facilidad de transporte por mar, tanto la Pedrera de Cala d’Hort, en Ibiza, como Punta Pedrera en Formentera, fueron los principales puntos de explotación de recursos para la construcción de la capital.

Trabajando un negativo

Como se ha mencionado antes, es más o menos sencillo estudiar cómo se forman las poblaciones y los edificios cuando existe la construcción. En el caso de las canteras, pero, lo que se ha hecho es quitar material, y no resulta sencillo averiguar la cantidad sustraída ni sus usos, ya que en las explotaciones más antiguas las suceden posteriores extracciones que hacen desaparecer los rastros arqueológicos iniciales.

Para vincular las canteras con épocas antiguas se debe recurrir a la comparativa de materiales. Es decir, analizar el marès que encontramos en las edificaciones y contrastar los resultados obtenidos con los análisis realizados al material de las explotaciones. De este modo, se consigue saber si la piedra empleada en construcciones de varias épocas tiene su origen en Formentera o bien se había extraído en Ibiza y se puede datar también la antigüedad de la explotación.

Es trabajar con lo que ya no está. Tener el negativo de una fotografía y, partiendo de esta base, saber encontrar el positivo y definir los colores originales.

Agotamiento de la materia

El fin de la actividad extractiva en sa Pedrera ocurre a principios del siglo pasado. La sobreexplotación hace que llegue un punto en que el material se termine, y es entonces cuando se finaliza la actividad y el paisaje costero queda recortado formando los relieves que podemos apreciar en la actualidad.

La magia de estos relieves hizo que los hippies de los sesenta, seguramente influidos por cierto consumo moderado de sustancias lisérgicas, rebautizan la ibicenca cantera de Cala d’Hort como «Atlàtis» y aparece una leyenda que relacionaba esta antigua explotación de marès con el mito de la civilización perdida bajo las aguas de nuestro mar.

En todo caso, el proyecto emprendido por Anna Artina con el apoyo del Consell de Formentera ofrecerá luz y datos sobre cómo la acción humana fue decisiva para la formación de un paisaje tan singular como el de la Punta de sa Pedrera y de otros lugares.

… y si alguna vez me vuelvo a encontrar con un grupo de turistas buscando piscinas «naturales» cerca de la Torre de la Gavina, y he conseguido mejorar mi inglés o hablar un poco de italiano, les podré indicar el paradero de lo que buscan e incluso explicarles qué historia hay detrás de este paraje afortunadamente todavía no muy visitado.

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