FORMENTERA, MEJOR CON RESERVAS

Próximo Ferry | marzo 28, 2019

Formentera cuenta en la actualidad con dos reservas marinas y se prevé la creación de dos más en los próximos años.

Las reservas cuentan con el apoyo del sector pesquero y las escuelas de buceo, que apuestan por la recuperación de la biodiversidad.

Texto: David Setbetes | Fotografía: Próximo Ferry    

Formentera es una tierra finita rodeada de un mar infinito. Desde casi cualquier punto de la isla se ve el Mediterráneo, a veces furioso, pero a menudo en calma y de aguas claras.

Esta mar, de siempre, ha sido parte importante en la vida de los formenterenses. Por ella llegan las barcas, de ella sale el pescado y de sus aguas se extrae la sal. Desde la llegada del turismo, en la década de los 60 del siglo pasado, nuestro mar se ha convertido también en uno de los principales valores de la isla, tanto como modelador de paisaje como por la calidad de unas aguas que ya querrían para si muchos otros destinos.

Sin duda, la gran responsable de tener las aguas que tenemos es la posidonia oceánica, «s’Alga» que a pesar de ser conocida así no es alga sino planta, una planta terrestre que en algún punto de la evolución decidió atravesar fronteras y sumergirse para formar inmensas praderas donde se filtran las impurezas, se crea oxígeno y vive una nutrida cantidad de especies que hacen de nuestros fondos marinos un atractivo para usuarios de neoprenos y bombonas, y un negocio más o menos exitoso para los que faenan con sus “llaüts” y embarcaciones.

El hombre, en cambio, suele ser el responsable de la mayoría de males del nuestro y de todos los mares: plásticos, pesca furtiva, depuradoras con serias deficiencias, yates arrancando posidonia a puñados, vaciando sentinas cerca de la costa o limpiando la cubierta con productos nocivos que van directos a las aguas donde fondean, e incluso mercenarios del oro negro esforzándose en realizar prospecciones y perforar a cualquier precio son algunos ejemplos de lo que la presión humana supone para la extensión azul que nos rodea.

No todo en el hombre es nocivo pero. De hecho, casi toda actividad aplicada en su justa medida puede coexistir con el entorno sin dañarlo en exceso, manteniendo el equilibrio de la delicada línea entre acción humana y preservación del medio ambiente.

Hay que hacer las cosas con sensatez y trabajar para un desarrollo sostenible, y en el caso de nuestro mar esto se traduce en parte en la creación de reservas marinas; zonas que por sus especiales características se consideran adecuadas para la regeneración de los recursos pesqueros, contribuyendo a la preservación de la riqueza natural, la conservación de las diferentes especies y la recuperación de los ecosistemas.

Las medidas de protección aplicadas determinan la práctica o la prohibición, en su caso, del ejercicio de la actividad pesquera, así como de cualquier otra actividad que pueda alterar el equilibrio natural.

Formentera cuenta en la actualidad con dos reservas marinas; la de los Freus, que data del año 1999 y tiene 13.617 hectáreas marinas protegidas que coinciden prácticamente con las del Parque Natural de ses Salines entre Ibiza y Formentera, y la de la Punta de sa Creu, declarada el pasado 2018 y que cuenta con 1.059 ha protegidas.

Asimismo, en un futuro se contempla la creación de dos reservas más; La Reserva Marina II que se situaría en el promontorio submarino del Sec des Ram o de la Mola, situado en el sureste de la isla, ocupando 941 ha de fondo marino y 99 ha de máxima protección en aguas superficiales, y La Reserva Marina III, que se situaría en el promontorio submarino denominado de Baix Fondo, ocupando 6.391 ha, y que presentaría una zona de máxima protección de 300 ha.

En un inicio, el establecimiento de reservas marinas fue visto con recelo por el sector pesquero, ya que se interpretaba que el hecho de restringir sus actividades e incluso prohibirlas en algunos puntos iría en detrimento del número de capturas y por lo tanto los beneficios.

Con los años pero, los pescadores han podido comprobar que la existencia de zonas de protección integral han hecho que las especies aumentaran en cantidad y en tamaño, ya que en las zonas libres de pesca se ha recuperado la biodiversidad.

Pescados y crustáceos más grandes significan más crianza, y se extiende de las zonas de total protección a partes de la reserva donde sí que está permitida la captura, una colonización que da como fruto presas más grandes que generan más ganancias a profesionales de la mar.

Por esta razón, la Cofradía de Pescadores de Formentera, con una flota de 19 barcos, ha dado apoyo explícito a la creación de la nueva reserva de la Punta de sa Creu y ve con buenos ojos el establecimiento de futuras reservas. También las escuelas y clubes de buceo de la isla valoran en positivo estos espacios protegidos, ya que a más biodiversidad, más atractivas resultan las inmersiones.

En definitiva, las reservas marinas suponen el mantenimiento de actividades tradicionales con componentes culturales autóctonos, ponen en valor el consumo de pescado y marisco local por parte de la población residente, y suman un valor añadido en el sector turístico de la isla y en la oferta complementaria.

… por no hablar de la relativa tranquilidad en la que pueden vivir meros, dentones, gallos, seriolas y demás vecinos de nuestros fondos marinos.