A FORMENTERA, … EN AVIÓN

Història | febrero 23, 2017

Junto al Estany Pudent todavía está de pie el antiguo depósito de combustible que muestra una característica forma triangular.

La instalación militar llegó a tener un equipo emisor, cocina, almacenes y un pabellón para oficiales además de un bar conocido como «El hogar del soldado».

Texto: Josep Rubio | Fotografía: Próximo Ferry

El hecho de que no exista un aeropuerto en la isla es una de las razones que algunos señalan para explicar porqué Formentera ha mantenido a raya el crecimiento urbanístico y ha conseguido preservar una costa natural. Quizás por este motivo en Formentera no fue bienvenida la propuesta de octubre de 2016 de la Asociación Aeronáutica Mallorquina, de conectar la isla con Pollença (Mallorca) con una línea de hidroaviones.

Esta idea hizo venir viejos recuerdos a los isleños con más edad, capaces de rememorar los vuelos de los hidroaviones militares que atracaban en el Estany Pudent. De aquella época, aparte de los fugaces recuerdos, quedan pocos vestigios. Junto al Estany Pudent, al lado a las salinas de Ferrer, aunque está de pie el antiguo depósito de combustible que muestra una característica forma triangular, adecuada para reducir los daños en caso de bombardeo. Al lado, aunque se aprecia el muelle donde atracaban las barcas que recogían y llevaban a tierra los tripulantes de los hidroaviones, que quedaban fondeados en zonas más profundas del estanque.

Con la Guerra Civil (1936-39) en marcha, el viejo proyecto de instalar una base de hidroaviones en el Estany Pudent se hizo realidad. Formentera cayó en manos de los golpistas, que utilizaron la isla para que los hidroaviones con base en Pollença que se dirigían a bombardear la costa peninsular hicieran escala.

La instalación militar llegó a tener un equipo emisor, cocina, almacenes y un pabellón para oficiales además de un bar conocido como «El hogar del soldado». De aquella época los formenterenses de más edad recuerdan como acudían a las instalaciones para escuchar el noticiario de la radio de la base, o como algún soldado enseñó a tocar la guitarra a los jóvenes que se acercaban. La base tenía tres ametralladoras antiaéreas, aunque después de la II Guerra Mundial la base disminuyó sus efectivos y en 1953 el equipo técnico fue trasladado al aeropuerto de Ibiza.

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