CALA SAONA:POR EL TORRENTE HASTA LA PLAYA

Rutes | junio 29, 2017

El torrente nos hará de camino y disfrutaremos de uno de los rasgos de la costa de Formentera, la ausencia de urbanizaciones que hayan eliminado el ecosistema litoral.

En la parte final del torrente, dejamos atrás el bosque y comienza el sistema dunar donde proliferan las cañas y los juncos. A la izquierda, un poco elevado respecto al fondo del canal, descubriremos el pozo de Cala Saona.

Texto: Josep Rubio | Fotografía: Próximo Ferry

Cala Saona forma un paisaje único en Formentera, entre acantilados de roca caliza aparece como una lengua de arena que acaricia el mar, escoltada a ambos lados por varaderos de pescadores. La panorámica es extraordinaria, a tramontana la torre de la Gavina, y poniente, Ibiza y el islote de Es Vedrà. Además, los días con buena visibilidad, al atardecer, también se puede distinguir la sierra del Montgó, en Denia.

 

Cuando el viajero admira por primera vez Cala Saona, suele evocar otros rincones bien mediterráneos, como las calas menorquinas o las de la Costa Brava. Aunque nunca hay dos primeras veces, proponemos reencontrar esta estampa desde otra perspectiva, con los sentidos renovados, y lo haremos con un recorrido a pie de menos de un kilómetro, descubriendo lo que se esconde más allá del acceso habitual por la carretera.

La torrentera nos hará de camino y disfrutaremos de uno de los rasgos de la costa de Formentera, la ausencia de urbanizaciones que hayan eliminado el ecosistema litoral. Para encontrar la hondonada tomaremos la carretera de Cala Saona y, a la izquierda, nos desviaremos por el camino de Punta Rasa. Al cabo de algunos metros, a la derecha se distinguirá un desnivel, el torrente.

Nos encaminaremos y avanzaremos por el canal, en medio de un bosque que mezcla pinos y sabinas, característico de zonas castigadas por la escasez de lluvias. Además de los árboles, en este primer tramo viven varias especies de arbusto como el romero, el enebro, la mata y las estepas. A medida que nos adentramos en el torrente, el terreno va transformándose y la tierra va dejando paso a los suelos arenosos. Siguiendo este cambio, ocasionalmente se aprecian arbustos como el aubada, el espinadella y la madreselva.

Cuando la superficie sea completamente arenosa predominarán las sabinas y la vegetación específicamente dunar como el carrizo, el cardo marino o el lirio marino.

En la parte final del torrente, dejamos atrás el bosque y comienza el sistema dunar donde proliferan las cañas y los juncos.

A la izquierda, un poco elevado respecto al fondo del canal, descubriremos el pozo de Cala Saona. El historiador Santiago Colomar cita un mapa dibujado por Calvi que ya lo nombra en 1555. Se trata de un pozo público que presenta unos rasgos muy singulares en Formentera, con un cuello elevado y hecho de piedra, donde en medio están habilitados unos escalones que dan acceso a la boca. La presencia del cuello se puede explicar como una medida para evitar que las fuertes torrentadas tapen el pozo, que incluso en los veranos secos tenía fama de abastecer a la gente de Cala Saona con un agua que era considerada de gran calidad.

Cala Saona en Formentera